miércoles, 22 de junio de 2011



18/06/2011 – TREPARRISCOS

Bueno pues ha llegado la hora de la gran prueba!.
El viernes por la tarde me voy a Sabiñánigo para dormir allí y así no tener que madrugar mucho el sábado.

En el puerto de Monrepós ya se va notando el ambiente, porque suben un porrón de coches con bicicletas. Tantos coches que se forma una caravana del copín. Tal es la cosa que casi creo que no voy a llegar antes de que cierren la entrega de dorsales.

Al llegar a Sabiñánigo se me empiezan a poner los pelos de punta por la emoción. Es la primera vez que intentaba correr esta carrera y el sorteo decidió que así sería.


Me cuesta asimilar que estoy en una de las pruebas ciclistas más importantes de España, sino la más importante. Un total de 11000 ciclistas, recorreremos las rutas. (unos 8000 y pico la QH, y unos 2000 y pico la TR).


Rotonda que cruzas, rotonda que está adornada con bicicicletas pintadas de todos los colorines.

A las 20:30 recojo el sobre que contiene el dorsal, maillot, chip, bolsita para desperdicios, perfil de la carrera, etc. Jope!,.qué ilusión!.
Me voy a cenar, y a dormir que mañana será un día “largo”.
Son las 03:00 de la madrugada y todavía no me he dormido. Tengo unos nervios que no me aguanto. Caigo rendido, pero a las 5 y cuarto ya estoy de nuevo despierto.
Me pongo a desayunar tranquilamente y me preparo para irme hacia la línea de salida.
Qué montón de ciclistas hay ya calentando por todas las calles.



A las 07:00 ya me acerco a la zona de la TR pensando que estaría de los primeros pero debo estar del medio hacia atrás del pelotón.

Son las 07:30, dan el chupinazo de salida de la Quebrantahuesos, y durante 23 minutos van saliendo todos los ciclistas. Se me ponían los pelos como escarpias al escuchar el sonido de las calas enganchándose en los pedales.

Ya es nuestra hora, y con puntualidad suiza, a las 08:00 en punto, suena el pistoletazo de salida.

Comenzamos muy bien y de nuevo me emociono al oir el sonido de los cientos de chips al pasar por las alfombras del control de salida.

Comenzamos bastante rápidos, y coincido con mi “gregario” de Villanueva, que me dice que va a intentar bajar de 3:30.

Primera dificultad, una subidita para desintoxicar los músculos, allí veo a Juan Luis, mi vecino que también hace su primera TR, y le doy ánimos porque me dice que va un poco “atropellao”.

Casi sin llevar todavía 5 kmts., y bajando por una carretera sin dificultad, de repente los ciclistas que van delante empiezan a gritar "caida, caida!!!, ojo!!!, montonera!!!, cuidado!!, frenarr!!!". Había como 8 ó 10 ciclistas en una montonera quitándose del medio como podían, una chica con una bicicleta rosa recogiéndola sin rueda trasera... muchos nervios!.

Como a cien metros hay un ciclista y un motorista en la cuneta intentando hacer reaccionar a otro ciclista. Se me pusieron los pelos como escarpias pero nos dijo que no nos paráramos para evitar más caídas. A los 500 mtros. había una voluntaria y le comenté lo sucedido pero me dijo que la ambulancia estaba avisada y venía enseguida.

El primer avituallamiento de Biescas lo paso sin detenerme porque sólo llevamos 20 kmts, y voy bien.


La carretera comienza a ponerse seria y se va notando la dureza del desnivel. Llevo las piernas como dos barras de plomo macizo.

Llegando a Escarrilla, ya se escuchan las sirenas de los coches que van abriendo la carrera. Son los primeros que ya van de bajada!!. Joer!!, con lo que me queda todavía, y estos ya están aquí!.

En el túnel de Escarrilla nos hacen pasar por fuera y allí se forma un pitote del 15 con un autobús y un par de coches. En ese momento coincido con Joan Llaneras que iba en tándem con su hijo, y justo al lado su mujer con una de carretera. Hablamos un poco (un tío supermajo), y luego nos separamos.

Ya en la carretera nos comienza a adelantar un coche prudentemente, pero apareció otro coche, que creo que se estaba haciendo pís o cacotas, porque nos adelantó invadiendo todo el carril contrario, y casi se la pegan tres ciclistas que venían como misiles, que ya bajaban de vuelta.


En el avituallamiento de Sallent, comí como si fuera una boda, y luego caminito bastante duro y sin descansos para coronar Formigal.

Con lo que nos ha costado subir y lo poco que hemos tardado en llegar de nuevo al túnel de Escarrilla. Por la velocidad que llevo no me da tiempo de quitarme las gafas, así que rezo por no espiñarme a oscuras. Iré hacia la luz.

A 600 metros del túnel, hacemos un cambio brusco de velocidad y desnivel. Joder con la subidita de Sandiniés!!!. Decían que son 400 mts. de subida dura, pero es que es al 17%. Bueno, lo haremos a la marchica que son 2 kmts. Subiendo me da un toque serio el cuadriceps derecho (el mismo que el de Monegros), y decido bajar el ritmo para evitar llegar a más.
Una vez coronado, vuelvo a coincidir con J. Luis que va pero que muy bien;

En el último avituallamiento, en Tramacastilla, repongo Acuarius y como algún trozo de plátano, mientras me recupero del problema físico. Pregunto cuánto queda y me dicen que 25 todo bajando excepto el repecho de Búbal, así que me lanzo a tumba abierta para coger la carretera general, donde me engancho a un grupo de 5 ciclistas que van tirando a muy buen ritmo. En ese grupo, iba una chica de los bomberos de ... (no lo entendí bien porque estaba en euskera). Nos llegamos a juntar 8 ciclistas, pero a falta de 10 kmts., uno se descuelga porque no puede aguantar el ritmo, con todo ese viento de cara. Tres de sus compañeros aminoran la marcha para esperarle y os quedamos la bombero y yo a la cabeza de un grupo de 4, que aunque no es obligatorio, los otros dos ciclistas podrían haber dado algún relevo, viendo semejante viento de cara que llevamos. Llegando a la circunvalación de Sabiñánigo, un poco antes de hacer el giro de 180º para encarar la llegada, uno de los que iba a "rebufo", se lía a esprintar y nos deja atrás... en fin...
Al llegar me felicito con Garbiñe (la bombero), y más contento que Chupilla de haber terminado tan entero, y mucho antes de lo que yo esperaba. Estimaba unas 5 horas y algo.



Tiempo total: 04:16:04; puesto 1319 de 2089. Todo un tiempazo para mi.

05/06/2011

La salida de este fin de semana, en teoría nos va a llevar a Valmadrid, pero la mayoría de los compañeros del Club están dispersados en diferentes pruebas ciclistas, así que deciden ir hacia Villanueva de Huerva, y vuelta.

A ver si esta vez no me quedo a las primeras de cambio.
Nos hemos juntado 9 ciclistas, así que intentaré dejar el pabellón alto, que con tan poquica gente si falta uno, se nota enseguida.

El ritmo que llevamos de momento lo aguanto bastante bien, y vamos pasando por parejas. Cuando me toca pasar a mi, me coloco con D. Tello, una máquina del triatlón, y queriendo aguantar el ritmo que lleva, voy forzando hasta el máximo de mis posibilidades. Claro… Dani, al ver que apretaba y que yo le seguía el ritmo, cada vez subía más la velocidad, hasta que literalmente peté!.
Se adelantó Oscar H. para cogerme el relevo, y en cuestión de segundos estaba a tomarporculo del grupo. Jooooooooder!!!, otra vez!!.

Cuando empiezo a pensar que voy a tener que seguir solo, veo como D. Tello se descuelga del grupo y me espera. Al llegar a su lado, me dice que le tenía que haber avisado de bajar el ritmo, pero que no pasa nada porque el grupo me va a esperar.
Me mete en el grupo y allí recupero las pulsaciones que las tenía por las nubes. Cuando ellos iban a 125-130 pulsaciones, yo iba casi a 170.

A la altura de Botorrita vuelvo a flojear un poco por el ritmo que llevan, pero “no me dejan” descolgarme.
Pero al llegar a Muel me advierten, que a partir del repecho que hay justo en el pueblo, ya es “maricón el último”. A que no adivináis a quién le tocó el título honorífico…. Jajajaja.
Lo único que me alegra es que estoy a punto de rebasar a un ciclista que iba con una de montaña; “Buenos días”…. Cooooñññoooo!!! Rosco!, qué tal??. Rosco (Oscar) es un tío increíble, que sale con los BTT Zaragoza, con los que he salido alguna vez.

Está preparando la BPro Non Stop; 120 km. de recorrido con 4000 metros de desnivel positivo. Charlamos un rato, pero le digo que tire porque voy a subir a mi ritmo, ya que no estoy pa’ muchos trotes.
Nos despedimos deseándonos suerte y esperando vernos pronto.
En Mezalocha la carretera comienza a picar hacia arriba. Faltan 11 kmts. para llegar a Villanueva, y esta vez pienso llegar.
A los 2 kmts. de subida baja uno de mis compañeros a buscarme y hace de gregario hasta el mismo bar de Villanueva. Es increíble!, Muchas gracias!!.
Sólo he llegado un minuto más tarde que el último del grupo!!.
Reponemos fuerzas y esperamos a dos que han subido hasta Tosos para machacarse un poco más.
Al volver vamos como auténticos misiles, haciendo rueda a la que hasta me animo a entrar en los relevos, aunque me dicen que no fuerce mucho si no voy bien. Pero voy tan a gusto que sigo en los relevos, hasta que en María de Huerva nos alcanzan un grupo de ciclistas que hace que el ritmo sea mucho más alto. Aguanto bastante bien, pero al echar ojo al pulsómetro veo que voy a 237!!!!!!. Pavernosmatao!!!. Así que muy a mi pesar, decido descolgarme del grupo. Total sólo quedan 8 kmts. para llegar a Zaragoza.
El resto del recorrido, tranquilico hasta casa, con muy buenas sensaciones, si no hubiera sido por ese superpico de pulsaciones.
29/05/2011

Después de un par de salidas de unos 40 kmts en solitario, me decido a salir con el club ciclista al que pertenezco: C.C. Utebo; un club que cuenta con una gente maravillosa en todos los aspectos.

La salida se hace desde Utebo, y para es fin de semana está programada para subir a Fuendetodos. Esa localidad que tantos quebraderos de cabeza me dio el año pasado, en mi primera ruta larga en btt. Más que quebraderos en la cabeza, quebradero de costilla por una caída tontísima; pero ya sabéis…con las caídas más tontas casi siempre sales peor parado.

Ya comienzo un poco nervioso, pero veo que voy a gusto en la grupeta.
A unos 15 kilómetros de la salida, recogemos a otros compañeros que nos están esperando. Es en ese mismo momento donde comienzo a tener problemas con el cambio. Vamos que no me aclaro, y provoco que se me salga la cadena, en dos ocasiones.

Cuando me da por reaccionar y avisar que he tenido una avería, me he despegado muchísimo del grupo, e intento acelerar la marcha para intentar reagruparme pero cada vez los veo más pequeñitos, hasta que los pierdo de vista.

En ese momento me entra la duda de si debo seguir apretando por si se han dado cuenta y unirme al grupo, ó ir a ritmo hasta Fuendetodos. A la altura de Botorrita, ya me he decidido: sigo pa’ Fuendetodos y yastá!,

Mis compañeros del grupo habían comentado que subirían por Villanueva, porque por Jaulín está la carretera muy mal, pero al no tener referencias de ellos decido subir por Jaulín, que esa ruta sí la conozco, así que cojo el desvió hacia Botorrita.

Nada más entrar al pueblo hay un repecho bastante majico para mis condiciones. Tan majo que las pulsaciones se me suben a 185. Bajo un poco el ritmo para recuperar y ya comienzo a ver letreritos del tipo “7 kmts. con firme irregular”; “Irregular”????!!!, pero si es una carretera de baches con algún trocico de asfalto!!!. Joooodeeeerrrr!!!. Casi me hubiera ido mejor tirar campo a través.

Sigo, y llego a Jaulín, donde parece que la carretera mejora un poquitín, pero no mucho ehhh!!. Menos mal que está anunciado como circuito ciclista los fines de semana. Ahora entiendo porqué solamente me he cruzado con dos ciclistas. Nadie quiere circular por aquí.

Sigo el ascenso y cuando llego a la altura donde comienzan los molinos, la carretera cambia por completo. Un asfalto perfecto. Cómo se nota donde hay perricas!!.

Ahí ya, me lanzo animado por el estado de la carretera y avanzo tan deprisa que ni me entero de los últimos kilómetros. Eso sí el “zummmmm”, “zummmmm”,….. de las aspas de los generadores, es un poquito diría yo… “porculera”.

Ya veo Fuendetodos, el pueblo natal de Goya, y estoy supercontento de haber llegado hasta aquí.

Me paro en el bar que hay en medio del pueblo y al no ver a mis compañeros creo han continuado su marcha, así que me bebo un aquarius, y arranco de vuelta para casa, por el mismo camino que he subido.

En la zona de los molinos, hay unos letreros que indican donde se encuentran algunos “vestigios de la guerra civil” (trincheras), y un poco más adelante me paro en el monumento que el Club Ciclista Ebro colocó una réplica de Nuestra Señora de la Asunción de Dorleta (patrona de los ciclistas), para hacer unas foticos.

El santuario de esta virgen está en Salinas de Leniz (provincia de Guipúzcoa), donde muy cerca de allí, en el puerto de Arlaban, a la orilla de la carretera, existe un monumento de la Virgen lleno constantemente de flores y ofrendas de ciclistas, en agradecimiento.

Comienzo a bajar y me voy acelerando hasta llegar a lo que se suele decir de: “bajar a tumba abierta”, y nunca mejor dicho porque tal y como está la carretera como me descuide mestocino fijo. Esto es un peligro para los ciclistas. Qué manera de botar el manillar, parece que llevo un martillo neumático en las manos y otro en el fuliñaqui.

Qué alivio!, ya he llegado a la Nacional y ya he dejado atrás el calvario de los baches, así que ahora voy a disfrutar y terminar de acoplarme a la bicicleta. Llevo un ritmo bastante bueno e incluso alcanzo a algún ciclista con el que comparto algún kmt.

En todo este tiempo no he visto a ningún compañero del club. Si es que van como motos, los joíos!!.

A partir de aquí todo el recorrido es bastante tranquilo hasta que llego a casa, y con un buen ritmo y mejores sensaciones.

Lo que peor he llevado es que no he aguantado el ritmo del grupo ni 20 kilómetros, pero bueno… como dicen en mi tierra “de mica en mica…”, lo que viene a ser “poquico a poquico”.

jueves, 9 de junio de 2011

Me he pasado al lado oscuro

18 de mayo de 2011.

Ya llevaba un tiempo rondándome en la cabeza, la idea de adquirir una bicicleta de carretera, y después de varios intentos y mucho tiempo mirando, me he decidido a comprar una. La verdad es que no he buscado una bicicleta ni último modelo en carbono, con los mejores componentes, ni tan siquiera he mirado de carbono.

En el mercado de segunda mano hay una infinita barbaridad de máquinas de todas las características, marcas, modelos, componentes, etc, pero finalmente, lo que me decidió más fue que, dentro de mis aspiraciones deportivas, que son las de poder compartir rutas con otros cicloturistas y, contando que con la edad que tengo no puedo pretender competir con otros ciclistas que llevan mucho más tiempo que yo, opté por una bicicleta para mi, preciosa, y bastante buena en la relación calidad/precio. Una GIANT DEFY 2.

Esta bicicleta viene con COMPACT, lo que me da un poco de apuro pensar que igual me puedo quedar clavado en algún puerto, pero en la tienda me dicen que casi no se nota la diferencia.

La he comprado en la tienda de la localidad donde vivo, una tienda con una puntuación de 15 sobre 10; la de toda la vida en el pueblo, donde el trato es de 10, tanto personal como profesional.

Para no desentonar, he adquirido unas zapatillas de carretera, ya que las otras que tengo son de montaña, montaña. Estos pedales son completamente distintos a los de la bicicleta de montaña, y aunque parezca mentira es otra cosa a la que me tendré que acostumbrar.

Ya en casa, me coloco las zapatillas y me subo a la bicicleta para probar el sistema de anclaje en los pedales. Bueno pues… después de como 10 minutos, y varios pellizcos en los “wilis”, al escaparse las zapatillas de los pedales, ya he averiguado como ciruelos colocan; lo he conseguido bajándome de la bicicleta, y zapatilla en la mano, he comprobado cómo debía hacerlo. Me había empeñado en colocarlos por el lado incorrecto de los pedales.

Al día siguiente, ya tengo “mono de carretera”, así que me enfundo el traje de faena, y salgo a probar a ver qué tal va el asunto. En mi vida había subido a una bicicleta de carretera, ni tan siquiera para probarla pero, con la novedad, los nervios y demás no me doy ni cuenta y ya he hecho los 40 kilómetros, que tiene la ruta elegida para mi bautismo carreteril.

Puf!!, cómo se nota la diferencia con la de montaña, en cuanto a ritmo, cadencia, posición, etc.

Por fin he alcanzado y dejado atrás a algún ciclista, previo saludo de cortesía. Qué iluuu me haceeee!!.

Llego a casa con una media de 26,5 kmts/h (todo en llano por supuesto). Un verdadero record comparándolo con la bicicleta de montaña., y más contento que pa qué!.

lunes, 2 de mayo de 2011

Pues esta es la crónica de mi primera carrera en MTB: La Media Maratón de los Monegros 2011.

Esta noche pasada ha sido un poco rara. Estoy bastante nervioso y no logro conciliar el sueño hasta las 2:30 de la madrugada; suerte que no tengo que madrugar ya que la carrera comienza a las 15:00. De todas maneras a las 8:00 de la mañana ya está toda la familia despierta y nos quedamos un rato en la cama los tres juntitos.
Mientras estamos desayunando yo tengo la cabeza como visualizando el recorrido imaginario que yo me monto, ya que no tengo ni idea de cómo va a ser el terreno. Sólo tengo memorizado que sobre el kilómetro 22 está el primer avituallamiento, después viene una subida de tres pares de narices y a partir del kilómetro 30 y algo ya tó pabajo (ilusoooo). Además de la incertidumbre de cuánto viento vamos a tener, ya que parece que finalmente la lluvia nos va a dar tregua durante la carrera. La previsión es de unos 14 kmts/h.

Llevaba idea de salir sobre las 10:30 de casa para evitar “problemas” de aparcamiento y no hacer tantos nervios, pero entre que termino de preparar las cosas (esto sí, esto no, me llevo esto por si llueve, me llevo esto por si hace frío….) se me hacen las 11:15. Finalmente salgo de casa a las 11:30; una hora más tarde de lo previsto y hecho un manojo de nervios; tanto pensar en la carrera y ni siquiera se me ha ocurrido mirar cómo ciruelos se va a Sariñena, y el gps me lo he dejado en el coche. Bueno pues como Sariñena está en Huesca voy a tirar como si fuera a Huesca; entre eso, y la referencia que recordé de los chicos del grupo BTT Zaragoza que habían quedado en Santa Isabel, conseguí encontrar el camino hacia Sariñena.

Una vez en Sariñena la primera preocupación que tengo siendo las 12:30, es la de encontrar aparcamiento ya que los que corren la maratón salen una hora y media antes y creo que no voy a encontrar sitio, pero la verdad es que hay suficiente espacio para aparcar y lo dejo justo en la entrada de las instalaciones deportivas (donde está la zona de acampada).

Lo primero que hago es irme a recoger el dorsal, aunque había leido que la entrega de dorsales para la media maratón era de 13:00 a 14:30. Curiosamente, pregunto a un chico que se está preparando para salir en la maratón y que pertenecemos al mismo club ciclista (CC Utebo), él es de la sección de triatlón, pero me comenta que ya ha hecho varias veces esta prueba. Nos deseamos suerte para la carrera y me dirijo a recoger el dorsal y el chip.

La verdad es que estoy cada vez más nervioso. Y eso que me faltan más de tres horas para salir. Ya hay gente tomando posiciones en la recta de salida, y todavía falta como una hora para que den el pistoletazo.

Me voy al coche a coger el tupper de pasta que me ha preparado mi mujer, e irme a algún sitio a comérmelo pero la verdad es que hay muchas pelusas que caen de los chopos y esto para mi alergia no es nada bueno. Decido comer en el coche y casi me aso de calor .
Jopé!!, menuda tartera!, si hay comida para una boda!. Mira que es exagerada mi mujer!!.

Son las 13:15 y me voy a ver la salida de los valientes que van a recorrer los 119 kilómetros.
Me encuentro con todos los componentes del BTT Zaragoza y me acerco a saludarlos. La mitad no me reconoce. Claro… si es que siempre nos vemos vestidos con traje de faena, y en este caso yo voy todavía vestido de calle. Cambiamos unas cuantas impresiones y ánimos. Uno de ellos (Ángel) me dice que me tenía que haber apuntado a la “larga”, pero la verdad es que como es la primera vez que me meto en algo así me daba algo de respeto. Le pregunto a calimero (Ramón), por uno de sus hijos que en el día de ayer les dio un pequeño susto, pero me comenta que está bastante mejor.











Nos echamos unas risas con Pedro que lleva un fuet colgando de la mochila.



No tenemos tiempo de mucho más y suena el bocinazo que indica la salida. Ellos están situados bastante atrás y desde allí podemos ver cómo los primeros ciclistas van ya como motos.



Una vez ya han salido todos, los nervios me juegan una mala pasada y me entra un pedazo de retortijón en la tripa que casi me hago caquitas encima. Tiro corriendo al coche para coger ese rollo de papel higiénico que siempre llevo para este tipo de situaciones. Los baños están bastante sucios, por la mala educación algunos. Me extraña mucho que en su casa hagan lo mismo, pero en fin…

Solventado el problemilla estomacal, me dispongo a prepararme para la batalla, y los nervios siguen aumentando.

Son las 14:20 y ya estoy preparado, me acerco hacia la salida y veo a unos señores que están empezando a preparar la fideuá para cuando volvamos. Justo al lado hay dos peazo terneras abiertas por la mitad sobre unas brasas buenísimas.







Comienzo a hacer unos cuantos estiramientos hasta que nos empezamos a colocar en la línea de salida.



Son las 15:00 horas y el speaker nos pregunta si tenemos ganas de salir, y mete un bocinazo dándonos pista libre. Recorremos parte del pueblo y enseguida nos metemos en pista de tierra, donde al principio todo el mundo sorteaba los pequeños charcos que nos íbamos encontrando, hasta que nos encontramos con el primer “estanque”. Unos pasan bordeando el tremendo charco y otros nos decidimos por pasarlo por el medio; total… nos vamos a pringar igualmente.
Llegamos al primer avituallamiento en el km. 22 y se monta un tremendo atasco. Cojo un par de rodajas de naranja y un par de botellines de agua, y arreando que es gerundio.



Esto comienza a picar hacia arriba y en la primera cuesta empinada que nos encontramos comienzo a subir de maravilla y hasta me impresiona ver que adelanto gente (unos en bici, otros empujando), pero uno de los "caminantes" se me pone delante para sortear un reguero y me corta la progresión. Tengo que parar, bajarme de la bici y continuar empujando porque de ahí ya no arranco ni queriendo.

En el km 33, justo después de la “subidita” después de una curva de 90º, en la que había dos de P.C. diciendo que nos bajáramos de la bicicleta para subir a pie, noto un ligero calambre en las piernas por lo que decido parar un ratico y aprovecho para tomarme un gel, para evitar que fuera a mayores. Comienza el terreno a picar hacia abajo, y en el 38 aproximadamente nos juntamos con los que venían de la larga y ahí me contagié un poco del ritmo que llevaban algunos. El ritmo bajando es bastante rápido y hay unos de P.C. avisando que moderaramos la velocidad en una curva bastante cerrada con un precipicio bastante majo.

Cometí un gravísimo error cuando en el kmt. 46 (para mi) veo un avituallamiento y pensando que era para los de la larga y convencido de que hasta el 50 no teníamos el de la corta, no paré.

En el 48 me doy cuenta de que no llevo nada de líquido y la boca se me empieza a hacer una pastura del copín. Me tenía que haber parado antes pero ya era tarde para arrepentimientos.

En el kmt. 55 justo en la curva donde estaba el de protección civil con un grupo de personas animando… contractura de tres pares de güevos. Paro y no puedo ni poner los pies en el suelo. Un chico se para ayudarme e incluso va a avisar al de PC. Después de agradecerle que se quedara conmigo (sin conocernos de nada) durante un rato, le dije que se marchara que para mi ya había terminado todo. Mientras estoy tirado en el suelo me pasan cienes y cienes de ciclistas y uno de ellos me pregunta (creo que de buen rollo), “estás bien?”, a lo que yo le contesto: “Só lechón, si estuviera bien estaría pedaleando, no?” (risas entre la grupeta que va con él).
Durante más de 20 minutos estoy tirado en el suelo con las piernas estiradas sin poder moverme.

Se para una chica diciéndome que era enfermera, que si me podía hacer algo, pero viendo el pedazo de bola del tamaño de un melocotón que se me ha formado en el cuadriceps derecho me dice que eso sólo se soluciona pinchando, y se marcha deseándome que no vaya a más la lesión. La verdad es que me asusto bastante, y decido ponerme de pie e intentar pedalear como sea. Creo ver pasar a Diego Biel del grupo BTT Zaragoza, pero no me sale ni la voz para animarlo. En ese mismo momento me pasan unos del CC Torres de Berrellén que me dan ánimos: “Venga Utebo!!!”, y parece que surge efecto porque comienzo con un ritmo contínuo, sin dejar de pedalear, porque a la mínima que dejo de mover las piernas vuelven los calambres. Voy incluso adelantando a algún acalambrado y veo alguno tirado en el “arcén”, pero no puedo más que darles ánimos desde la bicicleta.
A falta de 2 kmts., vi pasar a uno del grupo que ahora mismo no recuerdo su nombre (el que lleva el maillot de “Pedalier”); joer! cómo iba.
Al llegar a la meta os puedo decir que se me saltaron las lágrimas de todo lo mal que lo he pasado en los últimos 11 kmts.

Después de ¾ de hora haciendo fila de la media maratón, para recoger la camiseta y la medalla, me cruzo con Ángel que acaba de llegar y va a lo mismo.



Estoy tan sumamente agotado que me empiezo a notar un malestar increíble con sudor frío y ganas de vomitar. Así que me voy directo al coche para esperar a que se me pase un poco esa desgana. Cuando me recupero un poco, pienso que lo mejor es irme para casita, así que meto la bicicleta en el coche y me voy.
En casa me reciben mis chicas pero casi ni me quieren tocar porque voy “hecho un zorro”, con arena hasta en el agujerillo del fuliñaqui.
Me como una tortilla de patatas que me han preparado y no tardo ni 10 minutos en sentir una mala gana increíble. Retortijón que te crió y corro a la velocidad del rayo hacia el baño, pero no sé como colocarme porque evacúo por arriba y abajo.
Creo que ha sido el cuerpo me ha dado el toque final del agotamiento acumulado.

Total 4h 09m. 396 de la clasificación gral.; 86 de mi categoría. Muy contento la verdad, porque los días previos sólo tenía en mente que no me cogiera el coche escoba.

Espero volver el año que viene y mejorar controlando por lo menos la alimentación durante la carrera, ya que he pagado bastante cara la novatada de la primera carrera.

Ahora ya tengo que empezar a pensar y preparar la Treparriscos. La cita es el 18 de junio, y espero que me vaya mejor.

Nos seguiremos leyendo.

domingo, 17 de abril de 2011

Este fin de semana he estado en tierras tarraconenses y como me han dejado llevar la bicicleta, permitiéndome, así, continuar la preparación de la media maratón de Los Monegros, y para la Treparriscos, pues… me he escapado a hacer una ruta que me había propuesto mi suegro y que una vez investigado en internet, me parecía muy interesante: Salou-Cambrils-Montbrió del Campo-Riudecanyes-Castell de l´Escornalbou (Riudecanyes) y vuelta.
En principio, la ruta iba a ser por el monte pero mi torpeza en la logística me lo impidió. No cargué el track ni el mapa en el gps, así que ante dicha adversidad me informé para hacerla íntegramente por carretera.
La ruta comienza en Salou; atravesando todo el paseo y todavía con los ojos pegados, me doy cuenta de que esta noche ha llovido lo suficiente como para mojar el suelo y dejar algún charco.
Me dirijo hacia Cambrils, y una vez allí, y según las indicaciones de un taxista betetero, voy hacia la riera que baja al mar; la cruzo por el segundo puente que me encuentro y me dirijo hacia la carretera Nacional para buscar el desvío hacia Montbrió del Camp (a unos 15 kmts. de Cambrils). En Montbrió ya aparece indicado el Castell de l’Escornalbou, situado en Riudecanyes.
En este tramo comienza a llover tímidamente, y mirando hacia la montaña,me empiezo a plantear si debo seguir o dejarlo para otro día. Como medio maño que soy decido seguir y que sea lo que Dios quiera.
Para subir al Monasterio/Castillo, hay tres opciones de subir por carretera (desde l´Argentera, Vilanova de l´Escornalbou y Riudecanyes) y una por monte. Yo elegí subir por Riudecanyes que según dicen es la más dura (sin saberlo, claro), y Madre de Dios!! qué rampas. Desde que entras en Riudecanyes ya pica hacia arriba de lo lindo. Son unos 4,5 kilómetros hasta el Castillo/Monasterio.
Para empezar, por ejemplo, en el pueblo, justo en la señal que indica por donde subir, la calle se empina una cosa bárbara, aperitivo de lo que me esperaba. A base de riñones la consigo subir sin poner el pie a tierra.
Una vez fuera del pueblo se comienza a divisar la primera rampa, con un 15% "sólo".

Salvada esta "tachuelica", la carretera no cesa ni un momento de picar hacia arriba. Eso sí, las vistas que se ven a medida que se sube son impresionantes.



Tras un pequeño descanso me topo con la segunda “trampa”. Ésta es sólo de un 16%.


Y para terminar una del 18%!!!.


Arriba me espera el Castillo de l’Escornalbou y la Ermita de Santa Bárbara. Hago una rápida visita hasta donde me dejan pasar; la puerta del Monasterio.
Antes de comenzar la bajada, me subo hasta un magnífico mirador que en días claros dicen que se puede ver hasta las Islas Baleares.
Como no tengo otra referencia, me dispongo a bajar por el mismo sitio que he subido. La bajada aunque la hago muy rápido, no deja de ser controlada porque hay tramos en la sombra donde la carretera está bastante húmeda y no quiero dar con los huesos en el suelo.
Al llegar a Riudecanyes y aunque está muy bien señalizado, me hago la picha un lío para encontrar el camino de vuelta.
Ya en la carretera y con una velocidad de bicicleta de carretera llego hasta Cambrils. Y curiosamente me cruzo con el taxista-ciclista que me ha indicado como subir. Nos hacemos un gesto con el pulgar de “OK”, y continúo hacia el punto de partida en Salou.
Si alguno de vosotros conoce la subida, sabrá lo que es; el que no la conozca y tenga la oportunidad de hacerla, os la recomiendo 100%. La próxima vez que suba, lo intentaré por la montaña, si el gps no me lo impide.
Hasta aquí la crónica de la ruta.

Nos leemos en la próxima.