miércoles, 22 de junio de 2011

29/05/2011

Después de un par de salidas de unos 40 kmts en solitario, me decido a salir con el club ciclista al que pertenezco: C.C. Utebo; un club que cuenta con una gente maravillosa en todos los aspectos.

La salida se hace desde Utebo, y para es fin de semana está programada para subir a Fuendetodos. Esa localidad que tantos quebraderos de cabeza me dio el año pasado, en mi primera ruta larga en btt. Más que quebraderos en la cabeza, quebradero de costilla por una caída tontísima; pero ya sabéis…con las caídas más tontas casi siempre sales peor parado.

Ya comienzo un poco nervioso, pero veo que voy a gusto en la grupeta.
A unos 15 kilómetros de la salida, recogemos a otros compañeros que nos están esperando. Es en ese mismo momento donde comienzo a tener problemas con el cambio. Vamos que no me aclaro, y provoco que se me salga la cadena, en dos ocasiones.

Cuando me da por reaccionar y avisar que he tenido una avería, me he despegado muchísimo del grupo, e intento acelerar la marcha para intentar reagruparme pero cada vez los veo más pequeñitos, hasta que los pierdo de vista.

En ese momento me entra la duda de si debo seguir apretando por si se han dado cuenta y unirme al grupo, ó ir a ritmo hasta Fuendetodos. A la altura de Botorrita, ya me he decidido: sigo pa’ Fuendetodos y yastá!,

Mis compañeros del grupo habían comentado que subirían por Villanueva, porque por Jaulín está la carretera muy mal, pero al no tener referencias de ellos decido subir por Jaulín, que esa ruta sí la conozco, así que cojo el desvió hacia Botorrita.

Nada más entrar al pueblo hay un repecho bastante majico para mis condiciones. Tan majo que las pulsaciones se me suben a 185. Bajo un poco el ritmo para recuperar y ya comienzo a ver letreritos del tipo “7 kmts. con firme irregular”; “Irregular”????!!!, pero si es una carretera de baches con algún trocico de asfalto!!!. Joooodeeeerrrr!!!. Casi me hubiera ido mejor tirar campo a través.

Sigo, y llego a Jaulín, donde parece que la carretera mejora un poquitín, pero no mucho ehhh!!. Menos mal que está anunciado como circuito ciclista los fines de semana. Ahora entiendo porqué solamente me he cruzado con dos ciclistas. Nadie quiere circular por aquí.

Sigo el ascenso y cuando llego a la altura donde comienzan los molinos, la carretera cambia por completo. Un asfalto perfecto. Cómo se nota donde hay perricas!!.

Ahí ya, me lanzo animado por el estado de la carretera y avanzo tan deprisa que ni me entero de los últimos kilómetros. Eso sí el “zummmmm”, “zummmmm”,….. de las aspas de los generadores, es un poquito diría yo… “porculera”.

Ya veo Fuendetodos, el pueblo natal de Goya, y estoy supercontento de haber llegado hasta aquí.

Me paro en el bar que hay en medio del pueblo y al no ver a mis compañeros creo han continuado su marcha, así que me bebo un aquarius, y arranco de vuelta para casa, por el mismo camino que he subido.

En la zona de los molinos, hay unos letreros que indican donde se encuentran algunos “vestigios de la guerra civil” (trincheras), y un poco más adelante me paro en el monumento que el Club Ciclista Ebro colocó una réplica de Nuestra Señora de la Asunción de Dorleta (patrona de los ciclistas), para hacer unas foticos.

El santuario de esta virgen está en Salinas de Leniz (provincia de Guipúzcoa), donde muy cerca de allí, en el puerto de Arlaban, a la orilla de la carretera, existe un monumento de la Virgen lleno constantemente de flores y ofrendas de ciclistas, en agradecimiento.

Comienzo a bajar y me voy acelerando hasta llegar a lo que se suele decir de: “bajar a tumba abierta”, y nunca mejor dicho porque tal y como está la carretera como me descuide mestocino fijo. Esto es un peligro para los ciclistas. Qué manera de botar el manillar, parece que llevo un martillo neumático en las manos y otro en el fuliñaqui.

Qué alivio!, ya he llegado a la Nacional y ya he dejado atrás el calvario de los baches, así que ahora voy a disfrutar y terminar de acoplarme a la bicicleta. Llevo un ritmo bastante bueno e incluso alcanzo a algún ciclista con el que comparto algún kmt.

En todo este tiempo no he visto a ningún compañero del club. Si es que van como motos, los joíos!!.

A partir de aquí todo el recorrido es bastante tranquilo hasta que llego a casa, y con un buen ritmo y mejores sensaciones.

Lo que peor he llevado es que no he aguantado el ritmo del grupo ni 20 kilómetros, pero bueno… como dicen en mi tierra “de mica en mica…”, lo que viene a ser “poquico a poquico”.

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